Jack Torrance es una persona normal que sucumbe a sus demonios
internos por causas sobrenaturales. El Torrance de Jack
Nicholson, por otra parte un actor excepcional, es ya un enfermo mental
que da miedo desde el primer instante de su aparición en pantalla. A Stephen
King, padre literario de El resplandor, nunca le ha gustado lo que
Kubrick y Nicholson hicieron con su obra El Resplandor (The Shining, 1980). Es cierto
que Nicholson impone con su presencia desde el minuto uno, pero es que
no tarda nada en maltratar a su hijo pequeño. Si Nicholson es obsesivo, en
Stanley Kubrick halló la horma de su zapato: ensayos exhaustivos, tomas
repetidas y acoso psicológico mutuo que derivó en la salida a la superficie
del monstruo aterrador atrapado por un hotel diabólico. "Más que joderle
la soledad -afirmaría Nicholson-, le jode el folio en blanco".
ATRÁPAME SI PUEDES
Danny Lloyd, el actor infantil que
posee el don de ver las presencias
fantasmales malignas del Hotel
Overlook, recibió una buena dosis
de método actoral: Jack Nicholson
se dedicó a asustarlo, perseguirlo
por sorpresa y hacerle muecas
durante todo el rodaje. "Es solo
un juego", le decía con su mejor
satánica sonrisa.
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