domingo, 21 de julio de 2013

PERSONAJES: King Kong

Al contrario de la mayoría de criaturas del cine fantástico, de Drácula al Monstruo de Frankenstein pasando por el Hombre Lobo, el personaje de King Kong no proviene de la literatura o las narraciones populares. Fue ideado especialmente para el cine y se convirtió en uno de sus mitos más imperecederos. La leyenda cuenta que el rey de los gorilas nació de la imaginación de Merian C. Cooper, uno de los responsables del film. Una noche soñó con un simio gigante que atacaba Nueva York. Cooper y Ernest B. Schoedsack eran una pareja de documentalistas de prestigio que había explorado suficientes junglas remotas como para recrearlas en forma de hábitat de una criatura cinematográfica digna de pesadilla. Por lo que no resulta extraño que el argumento del film se centre en un equipo de rodaje que, desplazado a una exótica isla, acaba encontrándose con la bestia colosal. El productor David O'Selznick ayudó a Cooper y Schoedsack a tirar adelante el proyecto dentro de la RKO, estudio al que el éxito del film salvó de una previsible bancarrota. La paternidad material del primer Kong corresponde a Willis O'Brien, experto en maquetas que parió a todos los habitantes de Skull Island además de otorgarles vida animada a través de la técnica del stop-motion (o animación fotograma a fotograma), impresionantemente realista para la época.


La grandeza de King Kong no radica solamente en su gigantesco y aterrorizador tamaño. Directores y guionistas proporcionaron una tercera dimensión a su criatura que permitió que, a pesar de su poder destructor, se ganara las simpatías de los espectadores. Kong es una bestia, mas una bestia enamorada. Su cuerpo gigante y peludo es la reencarnación del mito del bruto apasionado por una bella que lo llevará a la perdición. Su historia de amor es quizás la más platónica de todos los tiempos: su deseo es físicamente irresoluble, por mucho que sus dedazos jueguen a desnudar a la chica en una mítica secuencia censurada en su momento. La muchacha le agradece estas atenciones (y que le salve la vida) con unos imparables e insoportables chillidos de aguda potencia gutural que convirtieron a su actriz, Fay Wray, en la pionera de las "scream queens". Kong no solo es un amante incomprendido, sino que también es un exiliado a la fuerza. Como cualquier salvaje que es apartado de su mundo, el simio no soportará la estancia en una civilización que solo es capaz de verlo como un monstruo. Antes de su destrucción, el rey de los gorilas todavía tiene tiempo de encaramarse al símbolo del progreso humano, el Empire State Building, para poner en jaque a unos hombres incapaces de domesticar su fuerza primitiva. Por cierto, que fueron los propios directores, Schoedsack y Cooper, quienes se encargaron de interpretar a los aviadores que abaten a King Kong. Ellos lo crearon, solo ellos podían destruirlo. 

El mito de King Kong se consagró con el film de 1933. Además de un inmediato descendiente, El hijo de King Kong (Ernest B. Schoedsack, 1933), y algún familiar no reconocido, como El gran gorila (Mighty Joe Young, Ernest B. Schoedsack, 1949), King Kong cuenta con dos remakes homónimos, perpetrados por John Guillermin en 1976 y Peter Jackson en 2005, e interpretados por Jessica Lange y Naomi Watts respectivamente. Ambos han puesto en evidencia la pervivencia de un personaje capaz de sobrevivir a las actualizaciones, pero no han sabido superar el encanto de la película original.


CONTRA GODZILLA
King Kong también es el antecedente de todas las criaturas gigantes que aterrorizaron Japón después de la Segunda Guerra Mundial en las llamadas "kaiju eigas", y llegó a enfrentarse a la más famosa de todas ellas en King Kong contra Godzilla (Ishirô Honda, 1962).

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