Mostrando entradas con la etiqueta linda blair. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta linda blair. Mostrar todas las entradas

domingo, 29 de diciembre de 2013

LOS SETENTA - El exorcista

TÍTULO ORIGINAL: The Exorcist
AÑO: 1973
DURACIÓN: 122 minutos
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: William Friedkin
GUIÓN: William Peter Blatty,
PRODUCCIÓN: William Peter Blatty, para Hoya Productions y Warner Bros
FOTOGRAFÍA: Owen Roizman
MONTAJE: Norman Gay, Evan Lottman
MÚSICA: Steve Boeddeker, Mike Oldfield
INTÉRPRETES: Ellen Burstyn (Chris MacNeil), Max von Sydow (padre Merrin), Lee J. Cobb (detective Kinderman), Kitty Winn (Sharon), Jack MacGowran (Burke Dennings), Jason Miller (adre Karras), Linda Blair (Regan), William O'Malley (padre Dyer), Barton Heyman (doctor Klein), Peter Masterson (doctor Barringer), Rudolf schündler (Karl), Gina Petrushka (Willi), Vasiliki Maliaros (madre de Karras)
GÉNERO: terror // posesiones / exorcismos / religión / sobrenatural / película de culto



ARGUMENTO

Irak: el padre Merrin se encuentra en unas excavaciones arqueológicas en las que halla una estatua que representa al diablo. Mientras tanto, en Washington la actriz Chris MacNeil trabaja en el rodaje de una película y comparte el resto del día con Regan, su vitalista hija adolescente. Al mismo tiempo, el padre Karras empieza a tener dudas sobre su trabajo como psiquiatra en un centro médico regentado por los jesuitas, labor que le deja poco tiempo para atender a su madre enferma.

De pronto, Regan empieza a comportarse de forma extraña. Tras orinarse sobre una alfombra durante la celebración de una fiesta, los médicos son incapaces de encontrar explicación a las convulsiones que sufre y a la conducta cada vez más blasfema y violenta que manifiesta. Cuando la situación se hace insostenible, Chris acude al padre Karras para pedirle información sobre exorcismos. El sacerdote, escéptico y carcomido por la culpa tras la muerte de su progenitora, examina el caso y lo pone en conocimiento de sus superiores. Estos deciden que sea el padre Merrin quien, con la ayuda de Karras, se ocupe del caso. Durante el duro ritual exorcista, Merrin muere y Karras, en un arrebato, consigue que el demonio entre en su cuerpo, se lanza por la ventana de la habitación de la niña y fallece al caer rodando por las escaleras. Regan, que parece no recordar nada, abandona la casa de Washington junto a su madre.


COMENTARIO

Tras ganar el Oscar al mejor director en 1972 por Contra el imperio de la droga (French Connection, 1971), William Friedkin fue elegido para dirigir la adaptación del best-seller escrito por William Peter Blatty. Este, un católico de fuerte temperamento, se encargó del guión y la producción de El exorcista, emblemático e influyente ejemplo del cine estadounidense de los setenta y todo un icono del género terrorífico. No obstante, el proceso de preparación, rodaje y lanzamiento del producto contó con toda suerte de sobresaltos: a las discusiones entre escritor y cineasta habría que sumarle los fallecimientos de varios profesionales que trabajaron en la película, así como la polémica que casi siempre rodea a las cintas de temática religiosa. Todo ello, así como la estratégica presencia de ambulancias en las puertas de algunas salas, rodeó al largometraje de un aire mítico que todavía persiste.

La película se abre con el plano general de situación de una casa de apariencia tranquila. La luz de una habitación se apaga y la cámara inicia un travelling descriptivo, y un fundido encadenado enlaza con el primer plano de la estatua de una virgen. El tema y el fondo de la obra quedan fijados desde el comienzo: el bien, representado por el hogar y el símbolo religioso, aparece en una calma que pronto se verá alterada por la invasión de un mal demoniaco. Y esa amenaza trasciende los límites geográficos y temporales, pues el relato se adentra de inmediato en el largo prólogo del padre Merrin durante sus investigaciones arqueológicas en el desierto, que le deparan una especie de encuentro premonitorio con el diablo.

El guión, que sufrió varias alteraciones, acierta al fijar una estructura paralela durante buena parte del film. De forma alterna, el metraje da cuenta de las vidas profesionales y familiares tanto de Chris como del padre Karras. Los dos padecen una crisis vital de carácter materno o filial: así, mientras la primera asiste a la degeneración moral y física de una hija que se conveirte en otra cosa, un remordimiento atroz corroe al segundo por la falta de atención que le procuró a su madre. Los dos personajes caen a un pozo profundo en el que terminan encontrándose, si bien con planteamientos paradójicos y de gran potencial dramático, ya que es ella -atea y materialista- quien acepta la posesión de Regan mientras que el sacerdote parece haber perdido su fe y recomienda una salida científica y racional al caso. Sin embargo, la salvación de la niña se convertirá en la redención del propio Karras, uno de los puntales de la narración, pues el exorcismo parece plantearse como un combate -no en vano el sacerdote tiene un alegórico pasado como boxeador- entre él y el demonio. Este, por su parte, tiene un peso clave en el éxito del film: malvado e inteligente, no deja de poseer un carisma tentador. Algunas de las escenas y diálogos más memorables de la película tienen que ver con sus provocaciones, blasfemias y demostraciones de poder. Frases como "la cerda es mía" -que le espeta a la madre de Regan respecto a su hija- o imágenes como la de la masturbación con el crucifijo siguen siendo hoy de una fuerza impactante en el terreno del terror cinematográfico.

Por lo demás, Friedkin confirma su firme pulso como realizador con un estilo que tiende a la contención estética. La estilización de algunas imágenes, como las contrastadas estampas del padre Merrin llegando a la casa de Regan o la de esta con una pose patética recortada contra una ventana, es tan brillante como excepcional en un conjunto que destaca por la sobriedad. El cineasta demuestra un talento especial para la composición, terreno en el que practica una economía estética y narrativa francamente encomiable. Además, saca un excelente partido a los escenarios, especialmente en la dicotomía entre el interior de un hogar convertido en prisión y el exterior de una ciudad metálica y gris, aparentemente saludable pero algo deshumanizada. La dirección de actores es otro punto destacado del film, con la madura Ellen Burstyn y el imponente Max von Sydow al frente. Destacan, además, las aproximaciones a sus papeles de la adolescente Linda Blair -espectacular su dicotomía de chica adorable y poseída satánica- y de Jason Miller, que extrae todo el partido dramático a los conflictos internos de su personaje. La aparición del veterano Lee J. Cobb completa el notable elenco, si bien el detective al que encarna forma parte de una línea argumental, la de la investigación policiaca, que apenas aporta nada.

El exorcista tuvo diez candidaturas a los Oscar de 1974 y se alzó, finalmente, con los premios al mejor guión adaptado y al mejor sonido. Su funcionamiento en taquilla fue espectacular tanto en Estados Unidos como en el resto de los mercados, hasta alcanzar una recaudación de 400 millones de dólares en todo el mundo. La crítica estadounidense, sin embargo, se mostró algo dividida: así, mientras Vincent Canby afirmaba en The New York Times que la película era "un nuevo caso de bajeza por lo que se refiere a efectos especiales y encima aprobado por la Iglesia", el influyente Roger Ebert la calificó como "una de las películas más poderosas jamás realizadas".

→ La leyenda de El exorcista volvió a ponerse de actualidad a comienzos del siglo XXI con el estreno del "montaje del director" en salas comerciales. La versión incluía once minutos adicionales que no añaden nada especialmente significativo al conjunto. Además, el veterano Paul Schrader dirigió El exorcista: El comienzo (2004), una precuela en la que se da cuenta del tormentoso pasado que el padre Merrin acumuló en su juventud por culpa de unas apariciones y posesiones diabólicas. El proyecto, tras las duras desavenencias entre el director y la productora, se zanjó con una modesta edición en deuvedé y con el estreno en cines de una versión que se pretendía más comercial -pero cuyo impacto fue irrelevante- dirigida por Renny Harlin.

martes, 13 de agosto de 2013

PERSONAJES: Regan MacNeil

Linda Blair tenía 12 años cuando William Friedkin la entrevistó para valorar si sería capaz de encarnar a la niña poseída de El exorcista (1973), un best-seller instantáneo de William Peter Blatty. El escritor se proponía producir la versión cinematográfica para multiplicar por millones sus ya cuantiosos beneficios. Friedkin, que acababa de embolsarse un Oscar al mejor director por Contra el imperio de la droga (The French Connection, 1971), quiso saber si aquella criatura había leído el libro y era consciente de las escenas muy poco agradables qeu, de ser seleccionada, le tocaría representar en la pantalla. Lo había leído. Sabía que trataba de "una niña poseída por el diablo que hace un montón de cosas feas". El realizador quiso que fuera más precisa. "Tira a un hombre pro la ventana y se masturba con un crucifijo...", le explicó Linda. "¿Masturbarse? Pues algo así como hacerse una paja, ¿no?", añadió la pequeña para contentar al cada vez más entusiasmado Friedkin. No cabía duda de que había encontrado a su Regan. 


El éxito descomunal de El exorcista superó todas las expectativas. Rivalizaba en los medios con el caso Watergate. Se hablaba de de histerismo colectivo, alucinaciones, ataques de coma y casos de posesión. La gente seguía haciendo kilométricas colas para vivir la experiencia. Linda estaba impresionante con los ojos en blanco, el pelo sucio y la cara llena de sarpullidos (se negó a que le aplicaran el mismo maquillaje en la secuela). Por no hablar de cuando orinaba en la alfombra ante los atónitos invitados de su madre (Ellen Burstyn), vomitaba papilla verde en la cara del sacrificado párroco (Max von Sydow) o efectuaba un giro de 180 grados con la cabeza para gritar todo tipo de blasfemias. Le dieron enseguida un Globo de Oro y hasta una nominación al Oscar a la mejor actriz secundaria, pero cuando se supo que en las contorsiones se habían utilizado dobles (y muñecos) y que Mercedes McCambridge la había doblado cada vez que Pazuzu soltaba guturales improperios por su inocente boca, las posibilidades de lograr la dorada estatuilla se alejaron a pasos agigantados y El exorcista acabó por convertirse en una atuténtica maldición para su carrera. "No ha pasado un día de mi vida sin que alguien no me hablara de Regan", se queja todavía con genuina amargura. No es para menos. Al poco del estreno, un psicópata obsesionado con el film empezó a acosarla. Para colmo, como en el caso de tantas estrellas menudas, la fama no le sentó bien y las drogas hicieron temprana aparición en su vida, con tan mala suerte que los mismos agentes del FBI encargados de protegerla interceptaron una conversación sospechosa. El escándalo y el imborrable estigma dejado por Regan la condujeron a una carrera condenada a la escasez de trabajo y al subproducto menos honroso, categoría que define a la perfección la no demasiada celebrada secuela El exorcista II: El hereje (John Boorman, 1977). En 1985 le otorgaron el Razzie a la carrera más desastrosa, un no reconocimiento que, en los 33 años de historia de estos irreverentes contrapremios, solo han merecido Ronald Reagan en 1981, el productor de cine catastrofista Irwin Allen en 1985, Bruce,el tiburón de plástico en 1987 y al director Uwe Boll en 2009 por su logro como La respuesta de Alemania a Ed Wood. A estas alturas, Linda Blair sigue asegurando que todo se debió a una lamentable confusión. Según ella, su carrera zozobró porque los policías que estaban a la escucha confundieron la inocente palabra "dogs" con la más problemática "drugs".


LICENCIA PARA EXORCISMOS
Al margen de la saga de secuelas y precuelas de El exorcista se sitúa el telefilm Possessed (Steven E. de Souza, 2000), que narra el caso del pobre adolescente exorcizado en Maryland (1949) en el que se inspiró William Peter Blatty para escribir su best-seller. Timothy Dalton es aquí el que viste la sotana salvadora.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...