martes, 5 de noviembre de 2013

PERSONAJES: Don Lockwood

Tras el éxito cosechado en Un día en Nueva York (On the Town, 1949), el dúo de directores Gene Kelly y Stanley Donen, bailarín alado y niño prodigio de la Metro-Goldwyn-Mayer respectivamente, recibieron el encargo de llevar a la pantalla un musical compuesto por viejas canciones escritas por Nacio Herb Brown y Arthur Freed, productor del estudio y artífice del proyecto. Estaban a punto de convertirse en los padres del musical más famoso de la historia del cine: Cantando bajo la lluvia (Singin' in the Rain, 1952). Situada en 1927, durante el célebre y traumático tránsito del cine mudo al sonoro, la película se erige como una sátira del viejo star system y del aura del glamour que rodea al estrellato, y al mismo tiempo, como un bello homenaje al musical de Broadway y a la magia del artificio cinematográfico, un desatado acto de amor a Hollywood. 

Kelly construyó su personaje, Don Lockwood, dotándolo de sus mayores virtudes. Encantador, flemático, atlético y enfundado en su perenne sonrisa, Kelly bordó un papel que al principio le habían ofrecido a Howard Keel. Eso sí, como el perfeccionista enfermizo que era, Kelly llegó a ser temido por sus compañeros de reparto, al que consideraban casi como un tirano. Si el irónico lema de su personaje era "dignidad, dignidad, siempre dignidad", el de Kelly dictaba "trabaja duro, siempre", algo que aplicaba a rajatabla a todo el equipo, incluido él mismo. Tanto es así, que llegó a rodar con fiebre el mítico número del baile bajo la lluvia.


JUVENTUD Y SACRIFICIO
En su primer día de trabajo, Debbie Reynolds, que aún vivía con sus padres, tuvo que rodar durante 14 horas seguidas el número musical Good Morning. Mientras se iba a la enfermería con los pies sangrando, Kelly entraba en el estudio de grabación a doblar el zapateado de ella para que quedara más contundente.

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