lunes, 23 de marzo de 2015

PERSONAJES: Will Kane

Cuando protagonizó Solo ante el peligro (Fred Zinnemann, 1952), Gary Cooper tenía 51 años de edad. Había debutado como actor en 1925 y su popularidad le llegó al interpretar al protagonista de The Virginian (Victor Fleming, 1929), que a su vez consolidó su porte de vaquero, refrendado luego en un puñado de títulos imperecederos. Su papel de sheriff Will Kane en Solo ante el peligro, al que Cooper accedió al haberse descartado a otros candidatos, de Gregory Peck a Marlon Brando, le alcanzó, pues, en el punto exacto de su madurez. Cooper evidenciaba un rostro agrietado, una expresión de héroe cansado, y su legendaria silueta larguirucha cobraba un aire desgarbado, como si sus espaldas no pudieran ya cargar con el peso del pasado. Mantenía, no obstante, su proverbial aspecto de hombre íntegro y noble, de alma limpia, que él transmitía con una naturalidad pasmosa, sin forzar otro registro interpretativo que el hieratismo. Estas virtudes propias de la veteranía, que Cooper explotaría a conciencia en sus postreras películas del Oeste, especialmente en las notables Veracruz (Robert Aldrich, 1954), El hombre del Oeste (Anthony Mann) y El árbol del ahorcado (Delmer Daves, 1958), encajaban como un guante en el perfil de Will Kane, un hombre de la ley en una encrucijada vital.



Sheriff de la plácida localidad de Hadleyville, Kane se casa a las 10:30 horas de la mañana de un domingo y se dispone a dejar su cargo para emprender con su mujer (Grace Kelly) una nueva vida lejos de aquel villorrio. Pero a esa misma hora, tres pistoleros irrumpen de improviso en la localidad y se dirigen a la estación del tren, donde a las doce en punto del mediodía llega, con sed de venganza, el forajido que Kane había mandado a la cárcel. El dilema: huir con su flamante esposa o permanecer en Hadleyville y enfrentarse con los malhechores, cosa que Kane, tras una primera duda, acabará haciendo. Y solo, como anuncia el título en castellano, pues todos los habitantes de Hadleyville a los que pide ayuda le dan la espalda. La película se erige entonces en un ejercicio de tenso suspense, subrayado por el tiempo real de la acción, los frecuentes insertos de planos de relojes y los continuos andares de Kane, con camisa blanca y chaleco negro, por las calles del pueblo, a las que, concluida su hazaña, tirará con un gesto de desprecio su placa de sheriff.

Producida por Stanley Kramer, Solo ante el peligro fue escrita por Carl Foreman, quien poco después comparecería ante el Comité de Actividades Antiamericanas, hecho que espoleó lecturas en clave política (una alegoría de la "caza de brujas"), y contó con una canción, compuesta por Dimitri Tiomkin con letra de Ned Washington, "Do not forsake me, o my darling", que hoy ya es un clásicode las bandas sonoras. Pero si Solo ante el peligro ha pasado a la posteridad como uno de los western más célebres de todos los tiempos es básicamente por la composición de Cooper, la autoridad con que defiende su complejo personaje de Kane, que aúna fortaleza y angustia y relativiza psicológicamente algunos de los valores canónicos del género, lo que disgustó profundamente a John Wayne y Howard Hawks, que respondieron a la película de Zinnemann rodando Río Bravo (1959), donde el sheriff protagonista, metido en un fregado similar al de Kane, no se pasa media película llamando a las puertas de los vecinos en busca de auxilio.

EL SEGUNDO OSCAR
Gary Cooper había ganado su primer Oscar como mejor actor por El sargento York (Howard Hawks, 1941), y ganó el segundo por Solo ante el peligro. Sin duda alguna, Alvin York y Will Kane son los personajes más populares en la carrera del actor, a quien todavía se le concedería un tercer Oscar, este honorífico, en febrero de 1961, que recogería James Stewart. Murió tres meses después.

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